Mantenerme en algo firme siempre hace que me abrigue en lo caótico,
suena irónico, que la contrapartida sea el opuesto como método de huida,
como método de despegue de un cuerpo y una mente que buscan conocerse dentro de espacios que de manera ambigua se consiguen separar.
Buscando,
la puerta que consiga abrirse de manera voluntaria para dejar escapar todos los pensamientos que se almacenan dentro de un espacio cerebral que no quiere considerarlos suyos,
que se los ha expropiado a una misma.
Siento,
demasiado,
que no me corresponden ni las cargas,
ni el alma,
ni la jaula en la que mantengo prisionero de mi misma aquel pasado que persigo, haciéndome eco en las noches que me sirven como vía.
Cuando el peso es suficiente solo queda soltarlo al vacío,
poco puede hacerse con un montón de emociones robadas,
salvo dejarlas correr en pleno abismo, confiando en que libres pero algunas otras kamikazes, sepan elegir sin arrepentirse el camino que deben tomar.
No podría jamás ocultar, si no mostrar que más de una ya ha saltado,
y que esfuerzos por retenerlas son en vano,
porque como voy a retener algo,
como voy a prohibirles que salten,
si no paran de verme saltar a mi y en su inocencia lo único que buscan es una utopía de felicidad que creen que hay en el fondo, porque jamás ven nada regresar de vuelta.
Y es que,
instalados en nada todos los salvajes consiguen encontrar su caos y a la vez su propio orden,
todavía no se encuentran listos para subir,
y en un intento desesperado por mantener al resto a flote,
durante las frías noches les colmo de esperanza su pequeño vaso para que decidan esperar,
mantenerlos a todos en la nada es un precio demasiado arriesgado incluso para el mayor de los incendios,
mandar un tronco consumirse jamás será comparado a sacrificar todo el bosque,
aunque busque consumirse por voluntad propia,
mandarle el rayo que inicie el proceso es condenarlo a la más densa de las oscuridades.
Es mandar al suicidio a la única posibilidad de aliento que esconde dentro de sus raíces,
aunque no consiga verlas y las admita como un contrincante contra el que luchar,
se vuelve ardua tarea,
las raíces siempre son un nudo,
porque no crecieron para mantenerse rectas
pero sí para mantener tanto peso.
A menudo,
consigo describirme a través de comparaciones,
que jamás espero que encuentren más sentido que el propio,
más respuestas que las que consigo robarle al tiempo
aunque el tiempo me robe más a mí,
tratando de desafiarle de manera continua
- me quitarás infinidad de cosas más que yo a ti, pero aquellas que me lleve serán por crecimiento y no por avaricia.
Últimas declaraciones de un cuerpo,
un incendio jamás quemará lo robado al tiempo,
una primavera nueva no puede renacer si no la invito a entrar,
y un precipicio no puede asustar si el miedo lo evaporas antes.
Buscando,
para poder reiniciarme con respuestas
que solo buscando puedo darme.
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